miércoles, 22 de mayo de 2013

Sombras - 11º Capítulo.

            " Cuidado, el que aparenta ser el más débil, puede resultar ser el más fuerte."
                                                              - Amanda J. Queiroz.


                                Dos días antes.


Por el rabillo del ojo, Darren, vio alguien acercarse a él. Levantó la vista y resopló al ver que se trataba de Alan y sus dos guardaespaldas. Se cruzó los brazos sobre el pecho y les sonrió burlón.
- Creí que habíais tenido suficiente con la paliza de la otra noche...- A Bryce se le tensó la mandíbula,  todavía no se le había pasado las ganas de golpear a Darren.
- Hola, para ti también.- espetó Alan al alcanzarlo.
- Bueno... si no habéis venido a por una paliza...¿A qué se debe vuestra agradable presencia?
-Necesitamos un favor.- dijo Alan con voz queda.
- ¡Bien! directo al grano, me gusta.- Su tono irónico empezaba a poner a Bryce de los nervios.
- Necesito que nos metas en tu clan...
-¿Qué?- preguntó Darren entre risa.
Esto tendría que ser una broma.
-Pues... que necesitamos...
- Te he oído.- espetó él poniéndose serio.- estás cómo una regadera si crees que...
- Lo harás si quieres mantenerla a salvo- le interrumpió Bryce- déjanos hacer nuestro trabajo, sólo necesitamos estar cerca suyo...
- No entrareis en mi casa.- gruñó Darren, adivinando lo que realmente querían.
La única y inquebrantable regla de los White era, nunca, bajo ningún concepto deje a nadie, ni mucho menos a un cazador de sangre pura, poner un pie sobre los suelos de la tridimensional casa de los White. Ya había hecho una excepción con Amy y no pensaba hacer con nadie más.  Su abuelo había trabajado duro durante años de su vida para hacer que la casa fuera un lugar seguro para los suyos y no pensaba volver a romper las reglas, ni que eso significara dejar a Amy indefensa. 
- Sabíamos que dirías algo así... por lo qué trajimos esto.- dijo Alan sacándose una cajita de terciopelo del bolsillo de la chaqueta.
Darren observó con recelo antes de coger la caja. Levantó la tapa y miró en su interior. Era un anillo. 
Había visto ese anillo en alguna parte pero no se acordaba donde.
- Este anillo perteneció a Heather Grey, nadie más que Amelia puede utilizarlo, este anillo en manos erróneas pondría suponer un verdadero desastre.- Darren cerró la caja y la metió en el bolsillo- El anillo tiene una especie de rastreador que nos permitirá saber donde se encuentra en todo momento, y si, por alguna razón se nos descontrola la situación a ambos, el anillo nos permitirá encontrarla...
-¿Has dicho, Heather Grey?- preguntó Darren frunciendo el ceño.- ¿Está no era...
- Sí, tu abuela.- Afirmó Alan.
-¿Qué hacéis con el anillo de mi abuela?
- Te recuerdo que antes de ser tu abuela, era nuestra princesa.
Sacó el anillo del bolsillo y lo miró con más detenimiento.
Era un anillo de diamante en talla marquesa que brillaba con todos los colores del arco iris, montado sobre una baguette de oro blanco.
- Dices que solo Amy, lo puede utilizar. ¿Por qué?
Alan miró a su alrededor, los alumnos del San Agustin de Preston empezaban a salir.
- No creo que este sea el lugar más adecuado para hablar sobre asuntos oficiales.- Darren  siguió su mirada y vio a Amy saliendo por la entrada.- A las siete en el 436 del Golden Street, allí pondremos hablar con tranquilidad.
Darren asintió volviendo a guardar el anillo en el bolsillo. Alan se despidió de él con un movimiento de cabeza y desapareció.
Le hizo señas a Amy, Rayne le dio un codazo y ella miró en su dirección.
Él sonrió pero ella no le devolvió la mirada. Y aunque era su último día de instituto su animo estaba ligeramente decaído. En la comida, Rayne intentó explicarle lo ocurrido en su casa, y como era de esperarse no se lo había tomado nada bien. 
Se sentía demasiado culpable a lo que pudiera pasar con madre y su hermana. Rayne, le había dicho la verdad a medias, pero aún así fue demasiado para Amy. Pensar que pudieran hacer daño a su familia y luego secuestrarlas era... bueno, era demasiado doloroso. Rayne le había dicho que todavía pondría recuperaras, pero para eso tendría que pasar por una serie de lecciones. Y ella, cómo no, estaba dispuesta a hacer cualquier cosa para salvarlas. 
Amy caminaba muy lentamente al encuentro de Darren, se supone que seria Ryder el que vendría a buscarla y ahora no puede hacer otra cosa más, que mostrar su decepción.
Estaba a escasos metros de Darren cuando alguien se posicionó al lado de este.
- Llegas tarde.- le espetó a Ryder sin mirarlo.
- Menos mal que siempre tienes un hueco libre en tu agenda.- Ryder lo miró y puso los ojos en blanco al ver su cara de desconcierto.
- Hola, chicos- les saluda Amy con voz queda.
La mirada de Ryder le recorrió lentamente el cuerpo, de arriba abajo, antes de detenerse de nuevo en su cara. No era la primera vez que un chico la miraba de aquella forma, pero nunca lo habían hecho como lo estaba haciendo Ryder, tan descaradamente... Ella sintió que empezaba a ruborizarse, por lo que apartó la mirada.
- Vamos, Bella te está esperando...- mumurró Ryder.
-¿Nadie te ha dicho que los sombreros de época ya no se utilizan?- preguntó ella mirando a Darren con el ceño fruncido. Iba vestido cómo un detective. Y en cierto modo era muy gracioso. Darren, hizo una mueca y Ryder estalló en carcajadas. Amy se encogió de hombros al escuchar su risa. Era música para sus oídos. 
- Puedo decir lo mismo sobre tu chupa de cuero.- contraatacó Darren, refiriéndose a Ryder.
Él paró de reírse y le lanzó una mirada glacial a su primo.
- Las chupas de cueros molan...- sonrió Ryder a Amy- Basta mirar a nuestro alrededor para saber eso.
Darren y Amy miraron a su alrededor y tan pronto como lo hicieron supieron a que se refería  Las chicas que pasaban a su lado lanzaban suspiros al mirar a Ryder.
" Claro, cómo no..." -pensó Amy molesta. ¿Y por qué no le mirarían? Ryder, podía muy bien ser todo lo que una chica desea. Con ese aire tan arrogante y superior, puede hacer que cualquier chica se le entregue en bandeja.
- Has dicho que Bella está esperando, ¿no?- Ryder dejó escapar un suspiro y la miró divertido. 
Era obvio que su comentario la había amonestado. Y eso sólo había que su orgullo creciese aún más.
- Claro, o podemos quedarnos aquí y ver que pasa...- dijo Ryder burlándose de ella, volvió a echar un rápido vistazo a las chicas y se volvió hacía ella.
- ¡Has lo que quieras!- dijo ella casi a gritos, le dio un empujó al pasar entre los dos y empezó a caminar en dirección contraria.
Ryder soltó un bufido y Darren negó con la cabeza.
-¿Tienes todo controlado?- preguntó Ryder antes de girarse y seguir a Amy. Darren asintió y él se alejó a grandes zancadas detrás de ella.


                                                                  ***

- ¡Has venido!- exclamó Xavier al abrir la puerta y ver a Darren. Este frunció el ceño al ver su entusiasmo.
Negó con la cabeza y entró al departamento.
- Y bien, creo que me debéis unas cuantas respuestas.
-¿Crees en la reencarnación, Darren?- preguntó Alan, haciéndole señas para que se sentara en el sillón de enfrente.
-¿Debería?
- Dímelo tú.- contraatacó Alan- ¿Alguna vez, has pensado que alguien puede tener la suerte de vivir una segunda vez o una tercera, quizá?
Darren le dedicó una mirada burlona, cómo si empezara a dudar de la cordura de este.
-¿Y si así fuera?¿Vas a decirme que en mi vida pasada fui un rey azul y me mataron a sangre fría?
- Dudo mucho que lograras ser un rey azul con semejante actitud señor White, aunque no puedo decir lo mismo sobre el arrogante de tu primo.
-¿Ryder?- Darren, se puso serio y se tensó en su sitio.
- ¿Desde cuándo, ha entrado Ryder en la conversación?
- No estamos aquí para hablar de tu primo, estamos aquí para que nos escuches y pongas atención a lo que te tenemos que decir.- Bryce apareció en el umbral de la puerta y le indagó con la mirada.
- Tenemos menos de quince días para enseñar a Amelia todo lo que necesita saber sobre nuestro estilo de vida, y nadie mejor que tú para hacer que esto se cumpla.- continuó Alan.
-¿Qué pasará en quince días?
- La luna de fuego y, cómo bien sabrás, sólo ocurre cada dieciocho años y es cuando Amelia cumple su decimoctavo cumpleaños.  Deberíamos mantenerla a salvo, pero entonces tú te metiste en medio y nos la arrebataste.- Darren no se dejó ver intimidado ante las palabras de Alan.- Y ahora tienes que remediar tu terrible error ayudándonos, sólo necesito que intentes mantenerla a salvo hasta que llegue el momento de que ella retome el trono, cómo buen cazador que sé que eres, tú deber es eliminar a todos los que estén en contra y no detenerte ante nada, es nuestra princesa, ¿sabes la importancia de esto, Darren?¿Sabes cuán importante es mantener una princesa a salvo?
- Me hago una idea.- respondió Darren con convicción.
- Para hacer todo lo que te estamos diciendo ahora, primero tienes que ganar la confianza de tu primo. Es el elegido de la señora Grey, lo que significa que si él no confía en tí...- dice Alan señalandole con el dedo índice.- no pondrás estar cerca de ella.
-¿La señora Grey?¿La madre de Amy?- preguntó Darren algo despistado.- Siento deciros esto chavales, pero la señora Grey ha desaparecido del mapa.
- Luncinda Sullivan, no es la madre de Amelia.
-¿Cómo dices?- El ceño de Darren se hizo más profundo mientras unía los dedos de la mano y miraba a Alan fijamente.
- Sólo era una tapadera. Grey, jamás se uniría a una mortal. Esto va contra las leyes...
- Amy, tiene cierta parte humana, lo puedo sentir y no soy el único.
Alan negó con la cabeza con exasperación, cómo si sólo el hecho de pensar en eso le dieran arcadas.
- ¿Estás seguro de esto, señor White?- Xavier se acercó a la ventana y miró hacía la calle. Ya era de noche.- Quizá lo más humano que pueda tener Amelia sea su corazón y su alma, nada más señor White.
-¿Es una cazadora de sangre pura?- Preguntó Darren confuso.
- ¿¡Tú, que crees!?- Se rió Bryce.
- No tan sólo una cazadora de sangre pura, sino una original- prosiguió Xavier, sin hacer caso omiso a Bryce, quien no dejaba de reírse.
-Esto es...
- ¿Imposible?- preguntó Alan, rascándose la barbilla.
- Sólo tiene diecisiete años, ¿cómo va a ser una original?
- Todavía le queda mucho por saber señor White, pero ya tendremos otra ocasión para hablar... - Xavier se alejó de la ventana y miró a Darren con una mirada llena de respeto y orgullo.- Yo de tí evitaría salir por la parte delantera, creo que unos cuantos mentis lectoribus, han seguido tu rastro hasta aquí, supongo que estarán deseosos de poder meterse en tu mente...- sonrió a Darren- Intenta evitarlos a toda costa, no queremos complicación, y ellos pueden joder toda la operación.
Darren asintió.
Xavier le hizo el saludo de los cazadores. Golpeó su pecho con el puño derecho tres veces y luego inclinó la cabeza. Darren le devolvió el saludo antes de desaparecer por una cegadora luz azul.

                                                    Actualidad.

La opaca sombra volvió a arrojar a Amy contra el suelo. Suspiró indignada, no había tenido forma de escapar, por mucho que fuera tan solo una proyección inventada por la mente de Shawn, podían ser muy fuertes y empezaba a creer que él lo hacia aposta. Se encontraban en el gimnasio bajo los desniveles del sótano. Aquella casa parecía estar equipada para cualquier situación.
Ella, cómo no, estaba tumbada sobre el pulido suelo del gimnasio, mientras que Shawn estaba a un lado intentando "ayudarla" con su agilidad, mandándola una y otra vez al suelo. Ryder observaba lo que ocurría con diversión, a su lado estaba Darren, quien hacía una mueca cada vez que las sombras la derribaban al suelo.
-¿Debo decirte qué cómo hagas eso en un combate, puedes perder la cabeza en menos de un segundo?-Preguntó Ryder al ver que no se levantaba.
- Pues, dile a Shawn, que al menos me deje pensar antes de actuar...
- Ahí está la clave, no tienes que pensar, tienes que actuar- Ryder se adentró al medio campo de entrenamiento, se agacho a su lado y la miró a los ojos.- Hasta que no dejes de pensar, seguirás cayendo una y otra vez, así qué, ¿por qué no me demuestras cuán equivocado estoy contigo y le pateas el culo?
Esto último le susurró. Se levantó y la ayudó a levantarse. Ella bajó la vista hacia la ceñida tela oscura que se pegaba a su cuerpo e hizo una mueca. La tela se le pegaba tanto a la piel, que parecía hacer parte de ella.
Ryder, se acercó más a ella y le dijo al oído antes de volver a reunirse con los demás.
-Haz que no me equivoque contigo, nena.
Amy le miró con recelo mientras volvía a ocupar su sitio, tan pronto cómo abandonó la zona de entrenamiento, la sombra volvió a derribarla. Hizo una mueca de dolor, empezaba a hartarse de esto. Algo en su interior empezaba a entrar en ebullición. Se levantó de un salto e intentó propinar una patada a la sombra pero, esta se desvaneció y volvió a aparecer detrás suya, Amy se volteó de inmediato, pero la sombra fue más rápida y la empujó con fuerza impactandola contra la pared. Gruñó al sentir un fuerte dolor en el codo izquierdo. Vale, esa sombra empezaba a enfadarla de verdad. Se tambaleó al irse hacía delante, pero utilizó eso para saltar sobre la opaca sombra que estaba delante de ella, cómo no, la sombra desapareció y ella cayó de bruces contra el suelo. En la habitación se escuchó la descarada carcajada de Ryder, Amy levantó la vista hacía él y lo fulminó con la mirada. Era obvio que se estaba divirtiendo con su sufrimiento y eso sólo hizo que la ebullición de su interior aumentara. Cerró los ojos y respiró hondo antes de levantarse, otra vez. Necesitaba canalizar toda su ira contra la sombra que tenía delante y si, el insolente de Ryder, dejara de reírse estaba segura de que pondría concentrarse mejor. Un suave hormigueo empezaba a extenderse por las puntas de sus dedos. La sombra intentó atacarla, pero se desvió a la derecha y tan pronto cómo vio que no se esperaba esto, lo atacó, le golpeó en pleno pecho y él se evaporó. Cuando estaba casi orgullosa por su primer ataque, Shawn hizo parecer dos sombras más.
-¡Oh, venga ya!.- gritó lanzando una mirada de desconcierto a Shawn, quien se limitó a sonreírle.
El hormigueo en sus dedos iban en aumento, respiró hondo y se concentró en desviarse de las sombras que ahora, eran el doble de rápidas que las de antes.
Después de unas cuantas caídas ,diversos golpes y risas molestas, Amy dejó que el fuego se extendiera por todos su cuerpo, y se convirtió en una enorme bola de fuego. En la habitación ya no se escuchaba nada más que el crepitar de las llamas provenientes de ella. Lanzó una bola de fuego sobre la sombra que tenía más cerca y esta se desvaneció, cuando iba a lanzar otra contra la segunda, la bola de fuego se convirtió en una bola de hielo que al impactarse contra la segunda sombra, se derritió al instante, su cuerpo luchaba entre el fuego y el hielo y, ella empezaba a sentirse demasiado exhausta cómo para poder elegir a uno de los dos elementos. De pronto se sentía demasiado débil, cómo para seguir de pie. Su cuerpo se impactó contra el suelo con un ruidoso "Plof" y al instante todo se volvió negro.
 

                                                                     ***


- Creo que nos hemos excedido.- dijo Shawn sintiéndose culpable por llevar a Amy, hasta el límite de sus facultades.
- Sí...- masculló Ryder, depositandola sobre su cama. Definitivamente se habían propasado con el entrenamiento, no habían tenido en cuanta que ella no era cómo ellos, que estaban acostumbrados a estar horas machacándose unos a otros sin apenas cansarse. Al fin y al cabo, habían tenido toda la vida para acostumbrarse a ese ritmo, pero, ella no. Ryder la miró durante un nanosegundo, parecía muy frágil y débil. Se le rompió el corazón, ya estaba bien de ser tan duro con ella. Debería ayudarla, no llamarla al límite. - Dejemosla descansar.
Shawn asintió, los dos abandonaron la habitación y se dirigieron al gran salón. Bella, había salido pronto a hacer unos recados, Darren se había largado en medio del entrenamiento con la excusa de ir en busca de algo... Aunque en realidad solo detestaba verla sufrir de aquella forma.
- Deberíamos enseñarla como controlar esos poderes, ¿no?- Preguntó Shawn mirando a Ryder por el rabillo del ojo.
- Supongo- suspiró , eran casi las cuatro y todavía no había comido nada, se puso a rebuscar en la nevera. Sacó las lonchas de queso y de jamón York, y se hizo un bocadillo.- ¿Quieres?
Shawn negó con la cabeza. Llevarse con Shawn era menos complicado que con Darren, que a diferencia de su hermano, no intentaba demostrarle todo el rato lo bueno que podía ser. Ryder nunca había entendido esa obsesión de Darren por demostrarle lo bueno que era. Y lo peor era que a Ryder, eso le importaba un pito. Por mucho que fueran familia, eran cómo extraños viviendo en la misma casa.
Ryder depositó el plato sobre la mesa y se sentó. Shawn permaneció en el umbral de la puerta.
-¿Cuándo le darás el anillo a Amy?- preguntó Shawn refiriéndose al anillo que Alan le entregó a Darren. Darren, se lo había contado todo poco después de volver a casa y, Ryder le había tomado el anillo. Primero Shawn, tenía que analizarlo para saber si no había ningún truco. Y al final había dado con un pequeño mecanismo de rastreo, Shawn lo había modificado, para que sólo pudieran rastrear a Amy, mientras estuviera fuera de la casa. Debían mantener la localidad de la casa bajo siete llaves. Ryder lo había guardado en la caja fuerte mientras tanto. Se lo entregaría a Amy, el día de su graduación, que sería dentro de dos. Hasta entonces, seguiría donde estaba ahora.
- El miércoles, antes de graduación.- respondió Ryder.
-No confío en ellos, Ryder.- soltó Shawn sentando delante de él.- Puede que sea de los suyos, pero... en todo bando hay una oveja negra.
Ryder frunció el ceño y miró a su primo. Él tampoco confiaba en ninguno de ellos, pero ellos no necesitaban saber eso, por ahora.
Se escuchó el suave ruido de la puerta de la entrada al abrirse y poco después apreció Rayne en el umbral de la puerta de la cocina.
Miró a Ryder y luego a Shawn. Rayne, era la única del clan Grey que tenía acceso a la casa, y no por que se lo permitieran y si por que ella ya sabia las entradas, y los trucos para entrar. Rayne, había trabajado codo a codo con Marcus White para conseguir que aquella casa fuera un lugar seguro, y ahora volvía a ser parte de los White.
- ¿Dónde está Amy?- preguntó cruzándose de brazos y lanzandoles una mirada inquisitiva a los chicos.
- Durmiendo...
- Ah, bien, por que no necesito que escuche esto...
Se sentó en la mesa y empezó a contarles lo que había pasado esta mañana, los chicos la escucharon con atención, intentado no mostrasen espantados con los hechos.
-¿Siete muertos?- preguntó Shawn.- Eso no es nada bueno.
- Lo sé...
-Yo creo que se esta cociendo algo muy gordo tras todas esas muertes...- Ryder se terminó el bocadillo y metió el plato sucio en el lavavajillas.
- Lo que no entiendo es, por qué se llevan los cadáveres, eso no les puede proporcionar nada...- Aclareció Shawn, lo que ellos ya sabían.
- Es su tercero ataque, y todos los muertos son de mi clan..- los informó Rayne.- claro, quitando Lucinda y su hija.
- Intentaré averiguar, algo más sobre esto.- dijo Shawn levantándose - Debemos estar preparados para lo que sea que estén haciendo estos chiflados.

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