miércoles, 29 de mayo de 2013

Adrenalina del primer beso. -12º Capítulo

                       "Un beso legal nunca vale tanto como un beso robado."
                                                -Guy de Maupassant.
- ¿Qué tiene esa hamburguesa que la hace tan especial? - preguntó Amy, mirando el plato que tenia delante. La hamburguesa parecía normal y corriente, no entendía que les emocionaba tanto.
- La carne...- contestó Darren saboreando su hamburguesa.
- ¿Qué pasa con la carne?- dijo ella aún mirando a la hamburguesa.
- Es humana.- contesto Ryder dando un buen bocado a la suya. Amy alejó el plato de ella y abrió la boca, la volvió a cerrar y la abrió otra vez.
-¿Qué?- preguntó ella estupefacta y asqueada a vez.
Darren, Ryder y Shawn se estaban partiendo de risa, Bella era la única que no lo hacia.
- Ya sabes... matan a un humano y luego....
-¡Pero esto es horroroso! El canibalismo es... arg..- a Amy se le puso la piel de gallina, podía sentir la bilis subiendo por su garganta.
-¿Queréis dejar de hacer el ganso? - preguntó Bella fulminándolos con la mirada.- Espero este día durante toda la semana y no pienso dejar que me lo fastidiéis...
Amy se encogió en su asiento al ver que Bella depositaba su mirada sobre ella.
- Y no creo que estemos tan locos cómo para comer carne humana.
Bella le dedicó una media sonrisa y siguió comiendo su hamburguesa.
- Creo que he perdido el apetito...
-¡¡ Me la pido!!- gritaron Shawn y Darren al unisono.
Por el rabillo del ojo Amy vio cómo una sonrisa traviesa le curvaba los labios a Ryder. Negó con la cabeza y miró hacía fuera. Era de noche, la luna brillaba en lo alto con todo su esplendor. Era increíble, hace una semana jamás se imaginaria que su vida daría tal giro, si ese día no hubiera ido al café, jamás habría conocido a Darren pero tampoco habría conocido a Ryder, ni a Shawn y tampoco a Bella... Les echaría de menos, después de que todo esto acabara... Ella sonrió con algo de nostalgia y miró hacía el otro lado de la calle. Se quedó inmóvil al ver que alguien la observaban. Era un chico, lo supo por su estatura y por la muscularidad de sus brazos. No pudo ver mucho más, ya que llevaba puesta una capucha que le cubría gran parte de la cara, y que él estuviera entre las sombras no ayudaba mucho. Un frío sudor le subió por la espina dorsal, ¿era imaginaciones suya o él tipo acababa de sonreirle?
Abrió la boca para decir algo pero ningún sonido le salió de la garganta. De pronto se empezó a ahogar,  intentó respirar pero el aire parecía averse convertido en agua, tocio y el agua empezó a resbalar por sus labios, Ryder cogió un servilleta e intentó ayudarla pero ya se había empapado casi toda la camiseta. Se miraron con los ojos abierto de par en par, él no sabía muy bien que hacer y ella no podía dejar de "escupir" agua.
- A venator mortem- susurró Shawn y inmediatamente todos se giraron para mirar hacía la otra acera, pero el tipo ya no estaba. Medio segundo después Amy ya podía respirar. Tomó largas bocanadas de aire, los pulmones le ardían. Ryder se sacó la cazadora y se la pasó.
- La necesitarás más que yo.- dijo pasándosela. Ella le miró aun asustada, con algo de torpeza se metió los brazos por las mangas de la cazadora, todos la miraban con preocupación.
-¿Qué era eso?- preguntó con voz ronca.
- Tengo que sacarte de aquí...- dijo Ryder mirando a su alrededor. Nadie les miraba, eso era bueno. La puerta se abrió y todos se quedaron de piedras. - ¡Mierda!
Dos tipos africanos y una mujer blanca acababan de entrar, inspeccionaron el local y su mirada acabó en la mesa donde se encontraba los chicos.
- Ni se te ocurra, te partirían en dos incluso antes de que pudieras llegar a la puerta.- susurró Shawn leyendo los pensamientos de Ryder.
Empezaron a caminar hacía la mesa donde se encontraban.
Amy le agarró a Ryder del brazo y se lo apretó.
Él le dio una palmadita para que le dejara el brazo.
-¿Puedes aparentar normalidad? Solo por esta vez.- le susurró él, pasandole un brazo por encima del hombro y acercándola a él.
- Vaya, vaya, vaya, mira a quienes tenemos por aquí.- Dijo la chica, ella era alta, su pelo era de un rojo intenso y sus ojos de un color verde oliva. Llevaba una chupa de cuero beige, una camiseta azul medianoche y de adorno llevaba un pañuelo rosado en el cuello. Los dos tipos a su lado eran verdaderas copias de Dwayne Johnson solo que en versión negra. Eran todo músculos y más músculos.- Los White.
Dijo la pelirroja con una sonrisa sarcástica en el rostro.
- Shonda- saludó Darren ladeando la cabeza en forma de saludo.- Bubba, Derek... ¿Qué os trae por aquí, chicos?
- La chica.- dijo Shonda mirando a Amy y luego pasando la mirada de ella a Ryder.- Ahí abajo están ofreciendo una gran suma de años por esa niñita. ¿Lo sabías?
Ryder la fulminó con la mirada, Shonda le sonrió abiertamente.
-No le tocaras ni un pelo...
- Claro que no. ¿Es que no me conoces, White?
Shonda se sentó en el sitio vacio al lado de Bella y los miró uno a uno.
- Os habéis hecho mayor...
- ¿Qué quieres Shonda?- la cortó Ryder.
- Ayudaros.
- ¿Por qué harías eso?- preguntó Darren mirándola con el ceño fruncido.
-Ya sabes lo mucho que me encanta romper las reglas- se rió con descaro.- Esto...- dijo señalando a Amy- provocará una gran guerra entre ambos aquelarres y créeme quiero estar presente cuando todo empiece.
                      
                                                                    ***

-Shonda, esta es Amelia- le presentó oficialmente Shawn.
-Heather...- susurró uno de los tipos, Shonda levantó una mano e inmediatamente se calló.
- Sé quien es cabeza de chorlito.
Shawn se sonrojó.
- Shonda era la mejor amiga de nuestra madre.- dijo Bella dirigiéndose a Amy.
Amy le dedicó una tímida sonrisa, no podía evitar que aquella mujer le diese cierto miedo.
- Zoe era una gran mujer, pero entonces cometió el grave error de meterse con Daniel White, cuanto odio ese hijo de perra...
- Te recuerdo que estás hablando de mi padre.- Dijo Ryder entre dientes.
Shonda se rió, como si lo que Ryder acabase de decir fuese el chiste del año.
- Que sea tu padre no significa que sea un santo, era él el que debía de haber muerto aquella noche, no tu madre, pero no, el gran cobarde sólo pensaba en el mismo, ojalá esté ardiendo en el fuego del infierno a estas alturas...
- ¡Ya basta!- gritó Amy, levantándose de golpe de la mesa y mirando fijamente a Shonda que cómo acto reflejo se echó hacía atrás.-¿Quien te crees que eres para venir aquí a decirnos tal barbaridades? Tu no eres menos cobarde que él, Shonda Crovhisk, tu no vales el suelo que pisas, así que no me vengas decir que Daniel era...
Todos la miraban petrificados, nunca habían visto a Amy tan enfada y al borde de un ataque de ira. Eso era nuevo incluso para ella, miró el dedo que tenia a escasos centímetros de la cara de Shonda y lo apartó. Dio un paso hacía atrás y empezó a correr hacía la puerta, no entendía que le acababa de pasar y se sentía verdaderamente alarmada, las calles de Exeter estaban bastantes iluminadas, corrió sin rumbo durante unos minutos hasta que se dio cuenta de que la seguían, se giró y casi se choca contra Ryder que venía como una bala tras ella.
- ¡Eh! ¿No me has oído?- preguntó él casi sin aliento.
Ahora que se fijaba, había ido a parar una calle bastante desierta.
- Lo siento.
-¿Qué es lo que sientes? ¿Que acabas de gritar a una de las tías mas duras que conozco o que salgas como una loca y que tenga que venir detrás de ti?
Amy no dijo nada, Ryder dio un paso hacia ella.
-¡Joder Amy!¿Qué te pasa?
Siguió en silencio, no sabia que contestar a eso, ni ella misma sabia por qué le había gritado a Shonda, y mucho menos entendía que de pronto supiera todo sobre aquella mujer. Sólo que cuando empezó a hablar esas cosas sobre Daniel, sintió algo muy raro dentro de ella, de pronto quería arrancarle los ojos a esa mujer sólo por hablar mal de Daniel.
¿Con qué derecho se creía para hablar así de Dan?
- No lo sé...- susurró.
Sentía un nudo en la boca del estómago, de pronto se sentía culpable por comportarse así.
-Eh, Eh...¿y ahora por qué lloras?
- No estoy llorando.- contestó Amy limpiando la gotita de lluvia que le acababa de caer en la mejilla...
-¿Ah, no?-Ryder se acercó más a ella y le acarició la mejilla con el pulgar.
Con el cuerpo envuelto en puro fuego, Amy aguantó la respiración mientras él le colocaba un mechón de pelo detrás de la oreja. Trazó con el dedo un pequeño circulo sobre su mejilla derecha, estaba muy cerca de ella, podía incluso sentir cómo su aliento se mezclaba con el suyo. Él se inclinó, Amy estaba a punto de cerrar los ojos cuando vio algo venir por el rabillo del ojo, inmediatamente empujó a Ryder que dio un paso hacía tras, un nanosegundo después vio horrorizada cómo una estrella ninja pasaba a escasos centímetros de su rostro. Ella y Ryder miraron inmediatamente en la dirección de que provenía el arma. Era el tipo de antes, Amy le miró horrorizada, Ryder tiró de ella y empezaron a correr a toda velocidad hacía el centro.
El centro siempre era una buena opción, habría mucha gente y el tipo no pondría actuar.
A menos que quisiera llamar la atención.
En la tercera calle un coche se metió en metió de por medio, Ryder tiró rápidamente de Amy hacía la derecha y corrieron hasta el final de la calle. Giraron a la izquierda y aminoraron la marcha.
Cerca había un bar y en la entrada había unos cuantos moteros charlando animadamente. Ryder sonrió.
- Acabo de tener una idea.- Amy le siguió la mirada y arrugó la frente.
- Vas a robar la moto,¿verdad?- preguntó ella ya sabiendo la respuesta.
- Prefiero el termino coger prestado.- dijo él dedicándole una mirada traviesa.
Amy volvió a mirar a los moteros, iban vestidos en cuero de la cabeza a los pies.
Debía admitir que daban cierto miedo.
- Venga distraelos, mientras yo me hago con las llaves.- dijo Ryder caminando hacia ellos.
-¿Cómo? - preguntó Amy confusa.
- Con tus encantos...
Encantos, ¿eh?
Suspiró y empezó a caminar hacía los tipos.
Hola tipos duros,¿ con ganas de marcha? No, no, parezco una ofrecido.
Hola machotes, vuestras chupas molan, ¿Os puedo coger la moto prestada? No, seguro que diran : anda, pierdete rubia...

No le hizo falta decir nada, uno de los tipos le vio e hizo señas a los otros que inmediatamente la miraron.
- ¡Vaya, mira lo que tenemos aquí, carne nueva!- dijo uno de ellos mirándola de los pies a la cabeza. Ella controló el estremecimiento que le subía por la espalda y forzó una sonrisa. Ryder estaba detrás del tipo más grande, ella evitó mirarlo para no delatarlo.
- Bonitas chupas, chicos.- dijo ella acercándose
- Lo mismo digo, preciosa.- contestó él de la derecha guiñándole el ojo. Ryder se había hecho con las llaves y se subía a una de las motos.
- Íbamos a bebernos unos martines, ¿te apuntas?- preguntó el primero. Ryder puso la moto en marcha, pero los tipos estaban tan embobados con ella que ni siquiera se dieron cuenta.
- Quizá otro día, ahora estoy un poco ocupada...- les guiñó un ojo y dio un paso atrás justo cuando Ryder pasaba por su lado, se subió en un abrir y cerrar de ojos a la moto, Ryder apretó el acelerador y salieron impulsados hacia delante.
-¡Mi moto! ¡Será zorra!- gritó uno de los tipos, ella giro la cabeza justo en el momento en el que él tipo que los querría matar aparecía. Ella le hizo un saludo militar y él le dedicó una sonrisa macabra. Apretó los brazos alrededor del torso de Ryder y enterró su cara a su espalda. Agradeció en silencio que siguiera con su cazadora ya que el viento le calaba hasta los huesos. Abrió los ojos y se dio cuenta que Ryder había cogido la carretera que daba al océano. Las olas irumpian con furia mientras que el cielo los amenazaba con una tormenta.


 Se bajó de la moto y miró a su alrededor, la playa estaba desierta, aunque no era de extrañar con el mal tiempo que hacia. Hace unos minutos empezó a lloviznar. Amy empezó a caminar hacia la orilla. Ryder seguía en la moto mirándola, todavía podía sentir la calidez de sus brazos alrededor de su cintura. Su cazadora le quedaba grande, pero debía admitir que era muy sexy verla con ella. Era cómo si acabara de declararse suya... Negó con la cabeza y se bajó de la moto aunque se mantuvo un rato apoyado observándola. Las gotas de agua empezaban a empaparle la camiseta, lo que hacia que se le marcaran los músculos. Suspiró y empezó a caminar hacia Amy, quien miraba al agua fijamente.
 - Una libra por tus pensamientos.
 - Los truenos...
 -¿Qué pasa con ellos?
 - Puedo sentirlos...- Amy se volvió hacia a él y sonrió.- seguro que piensas que estoy majara.
 - Que va.- él se rió, Amy puso los ojos en blanco. Permanecieron en silencio durante varios minutos, ella perdida en sus pensamientos y él bueno se quedó mirando las olas. Las gotas de lluvias empezaban a caer a chorros.
 - Deberíamos volver...
 - Sí.- contestó ella. Ella hizo ademán de volver hacía la moto pero él la sujetó del brazo y ella se detuvo.
 -¿Qué...- Antes de que Amy pudiera terminar la frase Ryder le colocó las manos en la cintura y la alzó hasta apoyarla sobre su pecho. Se inclinó y atrapó sus labios con los suyos. A Amy comenzó a darle vueltas todo tras el tierno abrazo. Ryder profundizó el beso un momento antes de soltarla y alejarse de ella. Le dedicó una traviesa sonrisa, que hizo que sus hoyuelos aparecieran en todo su esplendor. Amy parpadeó, sorprendida ante lo rápido que su beso había despertado su pasión, y lo refrescante que parecía al mismo tiempo.

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