sábado, 29 de junio de 2013

Vinculo. -17 ° Capítulo.

“El vinculo entre dos personas que se aman puede llegar a ser mas fuerte que cualquier cosa, basta creerlo."- Amanda J. Queiroz.

                    Unos cuantos días después.


Darren se encontraba apoyado en un torcido y desgarbado árbol, mientras observaba maravillado las luces de la ciudad, luces con variados tonos naranjas, blancos y azules. Todo estaba demasiado silencioso y quieto pero aun así se mantenía alerta. Desde el punto donde se encontraba podía ver gran parte del Puente Vecchio y las barcas que pasaban bajo este. Hasta el momento no se había dado cuenta de lo mucho que echaba de menos su casa. Había vivido en Florencia hasta sus ocho años, hasta que esa bandada demoníaca irrumpió en el rancho de sus padres, asesinaron a su padre por intentar protegerlos y casi se llevan consigo a Shawn. Eso jamás ocurriría, no si él pudiese impedirlo, puede que todos estuviesen poniendo todo patas arriba para encontrar a Amelia Grey, que por ironía del destino, se encontraba justo en ese preciso instante en el salón de la casa de su familia, puede que los del submundo estuviesen como jodidas cabras por poner sus vidas en peligro por intentar matarla y otros por defenderla, pero aun así, jamás olvidarían el destino que les esperaba con su hermano a suelto. Shawn, era una de las piezas clave para el puzzle que todos querrían resolver, ya fueran los horripilantes demonios que caminaban por las mismas calles que todos nosotros a diario, cómo también, varios de los suyos. Nadie era de fiarse cuando se trataba de la vida de todas las familias inocentes, o incluso del mismísimo fin del mundo. Amelia y Shawn eran la clave de algo que ninguno de ellos sabia muy bien de que se trataba y mientras nadie averiguaba a lo que estaban predestinados, nadie les quitaría los ojos de encima, unos por miedo, otros por saber hasta donde llegarían y otros solamente para tener el gusto de verlos caer. 
Casi sin darse cuenta Darren se vio lanzando pequeñas piedrecitas al aire, nada estaba llenado como él habría imaginado, la chica por la que guardaba un secreto amor estaba de alguna forma vinculada con su primo y aunque intentase entenderlo, todavía no podía creer que su primo pasara de tener una profunda adversidad hacia Amy y al minuto siguiente quererla de tal forma como lo hacia. Darren todavía no se podía quitar de la cabeza esa mirada que los había visto compartir en la graduación de Amy. No era la simple mirada de “felicidades, me alegro que hayas logrado... lo que sea que estuviera intentando lograr..” - esa seria la mirada que Ryder debería de haberla echado esa noche - en cambio fue más bien “ Estoy orgulloso de ti, pequeña". De hecho eso fue justo lo que le dijo cuando ella se lanzó a sus brazos. Desde la graduación el ambiente en casa era casi insoportable para él, por lo que decidió que solo iría a casa cuando fuera precisamente necesario. Saber que Amy estaba con Ryder ya era lo suficiente malo, cómo para estar viéndolos  compartir miradas cómplices.
Una mano le apretó el hombro, él se giro a tal velocidad que casi se cohesiona con el árbol en el que se había mantenido apoyado. Se relajó al ver que sólo era Ryder.
- Me has dado un susto de muerte.- dijo casi sin aliento mirando a Ryder fijamente.- ¿Cómo supiste dónde estaba?
Ryder sonrió de lado con arrogancia e hizo un gesto con los hombros quitándole importancia.
- Un simple golpe de suerte.- se río, Darren se quedo petrificado al oír su risa, esa risa malvada no era para nada típica en Ryder. De pronto Ryder dio un paso hacía la luz y Darren contuvo la respiración. Sus ojos eran dos bolas de fuego, sus fracciones eran rígidas y el mal habitaba en cada poro de su piel. Ese no era Ryder, era obvio, aunque no entendía como podían ser tan parecidos y a la vez tan distintos.

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