miércoles, 5 de junio de 2013

Miedo.- 14° Capítulo.

Cuando Amy se despertó seguía en el despacho, pero Marcus no estaba allí.
Se incorporó en el sillón y miró a su alrededor aún desorientada, no había ni rastro de los papeles que habían estado sobre el escritorio. Lo único que ocupaba la mesa color caoba era un marco de foto. Ella lo cogió y lo miró con detenimiento. Era ella, con el pelo castaño cobrizo pero era ella y a su lado estaba - por la forma de vestirse- Marcus.
Pasó el dedo índice por la figura de Marcus y sonrió de lado.
El sonido del reloj la sobresaltó, levantó la vista y vio que el reloj de la pared marcaban las dos en punto.
Abrió la boca sorprendida, si el reloj estaban en lo cierto había pasado media mañana allí durmiendo, volvió a dejar el marco de foto sobre la mesa y se levantó.
La casa estaba en silencio, se dirigió al salón y se recostó en el sofá.
Miró fijamente al techo.
Minutos después Amy observó atónita cómo el techo de hormigón era reemplazado por uno de cristal plagado de símbolos y runas. Reconoció algunas de las runas que había visto con Marcus. Amy se incorporó despacio y se quedó mirando durante un rato al suelo, que ahora, también era de cristal. Más allá del cristal no se podía ver más que una espesa niebla blanca.
En cuanto sus pies descalzos se pusieron en contacto con el frío cristal varios rayos se empezaron a chocar allí donde ella pisaba, no la hacían daño era más bien cómo si hicieran parte de ella. Caminó hacía una de las paredes de cristal y pasó su dedo por el cristal y los rayos se concentraron en su dedo también. Un panel apareció delante de ella, todo estaba escrito en otro idioma - latín- por lo que no supo descifrar lo que ponía.
De prono el cristal fue reemplazado por una pared de espejo y ella pudo ver que había alguien detrás de ella.
Era Shonda.
Amy ni se inmutó, permaneció donde estaba.
- Si has venido esperando a que me disculpe, ya puedes volver por donde has venido...
- No soy tan tonta cómo para venir aquí y esperar a que te disculpes así por que sí. Sé muy bien que los Grey tenéis cómo norma no disculparos nunca.
Amy se giró y la fulminó con la mirada.
Shonda le dedicó una sonrisa lasciva antes de sentarse en el viejo sillón marrón.
-¿Entonces a qué has venido?- Amy se cruzó de brazos y la miró con cierta hostilidad.
- A disculparme.
Amy frunció el ceño.
- Ayer me pasé de la raya y lo admito. No tenía derecho de hablar así de tu hijo, mucho menos teniendo en cuenta quien eres, pero créeme necesitaba saber que tú eras ella antes de contarte lo que sé.
-¿Quién se supone que es ella?
Shonda se rió por lo bajo y se cruzó de piernas.
Amy se tensó, empezaba a ponerla de mala hostia.
- Ella... eres tú.- Shonda la señaló con el dedo.- pero creo que eso ya lo sabes ¿no? Si no me equivoco has estado saltando en el tiempo sin un orden, aunque en todos te lo has encontrado con él...
-¿Y él es...?
- Marcus, Ryder como prefieras.
Shonda se levantó y se acercó a ella despacio.
- ¿Que pretendes Shonda?- preguntó Amy dando un paso hacia atrás.
Shonda se echó el pelo hacia atrás y le dedicó una mirada comprensiva.
- Quiero ayudarte.
- ¿A cambio de qué?
- Necesito que salves a alguien del pasado y mates a otra...
- No pienso matar a nadie...- la interrumpió Amy.
- Lo harás si quieres saber donde está tu hijo...
Amy sintió un fuerte dolor en la tripa, era como si de pronto algo la estuviera devorando allí adentro.
Ahogó un grito, Shonda la miró sin saber que hacer.
-¿ Qué sabes tú de Daniel...?- dijo entre dientes.
La ya conocida sensación de vértigo la inundó para acto seguido impulsarla hacía atrás en el tiempo.
Había ido a parar en el pasillo del primer piso y como era de esperarse estaba desierto.
Otro fuerte retortijón la caló el alma. Esta vez no se contuvo, lanzó un desgarrador grito que hizo eco en todo el pasillo, se llevó la mano a su vientre hinchado.
Amy apretó los dientes con fuerza mientras observaba horrorizaba su barriga de embarazada.
-¡¡¡MARCUS!!!!.- consiguió gritar ella mientras caminaba con gran esfuerzo hacia las escaleras que daban acceso a la planta inferior.
Ella apoyaba la mano en la pared y caminaba a paso lento ya que el dolor la impedía y la dificultaba el caminar.
Después de un gran esfuerzo y varios gritos consiguió llegar hasta el principio de la escalera. Con manos temblorosas se apoyó en el pasamanos de la escalera y cerró los ojos con fuerza, el dolor se iba haciendo cada vez más insoportable.
- Mami... ¿estás bien?- La trémula voz procedente de  su espalda la hizo volverse rápidamente  asustada, Amy miró a Dan con los ojos abiertos de par en par. Un fuerte clic hizo eco en la estancia y acto seguido Amy se veía rodando escaleras abajo.
En cuanto su cuerpo chocó contra el frío suelo del salón toda su visión se vio nublada por varios puntos negros, lo único que fue capaz de escuchar antes de desmayarse fue: mamá...
            ***
  El grito que Amy soltó al volver al presente alarmó a Shonda, rápidamente corrió a su encuentro y al verla tendida en el suelo se tapó la boca horrorizada.
Había sangre por todas partes y ella no dejaba de gritar una y otra vez, Shonda se acercó a ella, todo su cuerpo temblaba y sus desgarradores sollozos dejaban a Shonda cada vez más inquieta. Ella no podía hacer nada,  en cuanto intentase tocarla, su mano la atravesaría y seria en vano. La puerta de la entrada se abrió y Darren y Ryder entraron.
Darren fue el primero en darse cuenta de que Amy estaba tendida en el suelo, Ryder se mantuvo petrificado en la puerta mirando el cuerpo ensangrentado de Amy. Darren corrió hacia ella, la volteó y empezó a buscar las heridas que habían provocado a que  se desangrara pero no había nada.
-¡Tú! - gritó Ryder después de salí de su estado de shock, Shonda lo miró.- Te he dicho una vez y no te lo pienso repetir, ¡Alejáte de ella!
- No la he tocado ni un pelo...- dijo Shonda levantando las manos y mostrando su cara más inocente.
- No tiene heridas... pero la sangre es suya...- susurro Darren levantando la vista para mirar a su primo.
Ryder se agachó a su lado, empujó a Darren a un lado y sacó el mechón húmedo y sangriento que le cubría la cara a Amy.
Él apretó la mandíbula al ver que ella temblaba de la cabeza a los pies.
-Nena... - susurró temeroso.
Amy abrió los ojos y enredó torpemente sus brazos alrededor de él.
Darren los observó confundido.
-¿ Estás bien?
Ella negó con la cabeza. Todavía no se sentía con las fuerzas suficiente como para hablar.
- Largo de aquí.- gruño Ryder a Shonda mientras cogía a Amy en volandas. - Fuera de mi vista.
Acto seguido la proyección de Shonda había desaparecido.
Ryder se volvió hacía Darren y le miró.
- Llama a los demás y diles que la hemos encontrado, no quiero a nadie lejos de esta casa hasta que encontremos a los espías.
Darren asintió y observó como Ryder subía las escaleras com Amy en sus brazos.

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